Ayer me estaba cortando las uñas.
y me acordé que las mías son tan blandas.
y las tuyas tan duras.
Tengo una cicatriz en mi mano derecha que es producto de un accidente ocurrido hace ya ventidos (22) años del cual me declaro absolutamente responsable pese a que en el momento de los hechos no estaba en todas mis facultades mentales -hay que aclarar de todos modos, con respecto a esto último, que mis factultades no se encontraban en ningún caso alteradas debido al uso de algún tipo de estupefaciente lícito o ilícito, ni intoxicadas por el uso y/o abuso de alcohol etílico; el problema con mis facultades era, simplemente, que aún no se habían desarrollado por tener yo, en ese entonces, 2 (dos) o tres (3) años, aproximadamente -. Ésto debido a que había transgredido los límites que teníanse permitidos para mi exploración territorial, los cuales estaban determinados por los cuatro (IV) extremos de la cama de dos plazas de mis padres (quienes por lo demás, en ese tiempo, vivían juntos; por ende, conmigo).
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Sólo por una habilidad de peritaje bastante desarrollada en mi persona he podido ya con el correr de los años (veintidos {22}, reitero) determinar la posición exacta de mi mano al momento en que fue atrapada ferózmente, de manera casi deliberada, por los agujeros del tomacorriente (alias "enchufe") dispuesto en la zona inferior de una de las paredes de la habitación en donde ocurrió el suceso. Se observa que las cicatrices están dispuestas de la siguiente manera: la primera -que ocurre por la acción del agujero izquiero del tomacorrientes en vista frontal hacia el mismo - está posicionada de manera diagonal sobre la piel en el lado interno del dedo conocido como "del medio" (lease también oyúo) de la mano derecha en la articulación que une las falanges proximales con las falanges intermedias. La segunda cicatriz - de más caracter, con mayor dureza y habiendo desarrollado incluso un callo bastante particular - se ubica de la misma manera y obedeciendo a la acción del agujero derecho del tomacorrientes en vista frontal en la articulación que une las falanges intermedias con las falanges distales del mismo dedo aludido con anterioridad.
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Entendiendo ya que las cicatrices aparecen en forma diagonal en relación a la linea que dibuja el dedo en sí mismo, se puede deducir que el dedo no sólo estaba haciendo presión en los agujeros del tomacorriente; había además un aparato electrico "semi-asomado" (a saber, una lámpara) en los horificios que hizo de puente con sus patas paralelas insertadas en donde probablemente el dedo fue apoyado y a partir de eso, asado por unos momentos.
La duración del siniestro en que el dedo "oyúo" quedó atrapado por las fuerzas de la electricidad liberada en el espacio de las patitas del enchufe que, debo decir, fueron bastante cisañeras y mala leche, ya que en mi opinión actuaron de forma malintencionada - no quiero pasar por fantasioso, ni picao, ni mucho menos víctima de un estado alterado de conciencia, pero así lo sentí -, es desconocida, ya que los testigos sólo llegaron cuando el suceso estaba en curso y no pudieron tener datos de el inicio del "ataque" (Los testigos son: inicialmente mi padre , quien se encontraba acostado y dormido bastante cerca del lugar de los hechos, y posteriormente mi madre, quien en ese momento se encontraba en la ducha y sólo pudo percatarse de lo sucedido una vez terminada su actividad).
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Quiero dejar en claro que este testimonio no tiene en ningún caso la intención de acusar al enchufe y/o tomacorrientes de cualquier tipo de delito penal y que no busco ningún tipo de compensación por los hechos, lo digo porque aunque quisiera, ya probablemente no tendría sentido entablar una demanda judicial debido a la larga data del hecho y a las falencias de nuestro sistema judicial que seguramente apelarían al no disernimiento del tomacorrientes ya que probablemente en ese tiempo tenía menos de catorce (14) años. Por ende, de acuerdo a la nueva ley penal adolescente (juvenil) quedaría liberado de cualquier cargo y en el mejor de los casos (para mi) lo dejarían recluido en un sistema semi-cerrado, en prisión preventiva, mientras dictaminan una salida alternativa que no me va a favorecer en ningún caso.
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Yo no quiero eso.
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Finalmente, y ya para concluir el asunto, vuelvo a reiterar mi responsabilidad absoluta en los hechos debido a un desacato de los límites que mis padres habían prescrito en un acuerdo oral que delimitaba las dimensiones de la cama como los márgenes máximos para mi exploración. Y aunque nadie me avisó de los riesgos de jugar con enchufes conectados a lámparas, y aunque habían adultos responsables durmiendo y duchándose a pocos metros de mi, debo decir que esa experiencia, de la que poco recuerdo aunque puedo evocar algunas imágenes, ha encausado mi vida.
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no sé hacia dónde.
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Pero hoy, a veintidos (22) años (aproximados, no hay fecha conmemorativa exacta) miro mi dedo y escribo.
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Poco me importa mi oyúo derecho de todas maneras.
más fea la weá.
jajaja
ResponderBorrartaweno (ok)
unacosa: se vatooala mierdaante cualquier intento de buscar justicial por un asunto de faltade culpabilidad del enchufe. esto es, que penalmente nose le puede imputar ningún cargo al enchufe por no existir culpa alguna de parte del enchufe. ademas te haces responsable.-asi que nada hubierai sacao.
a menos que tu abogado fuese el de pin8.
Con nombre y apellido
ResponderBorrarMira tu.
ResponderBorrarIm pe ca ble