lunes, 25 de octubre de 2010

LA HERMOSURA DE SU SILENCIO ME MANTIENE EN PIE

Había que bajar de alguna parte, sin odio, sin luz, sin plata que compre nada.
había que entenderse y hablarse, y había que tocarse, y había que mirarse sin temblores en la frente.
sin temblores en los párpados
hay que escuchar a los ojos cuando ya no quieren ver

hice una cumbia y se la regalé envuelta en un otoño encaminado. después la abrió y de a poco fuimos caminando para que reposara. para convertirla en obra, para sufrir canción, y no tragedia.

ahora, estoy como loro con calambre.
ahora, tengo mi alma más pesada.

Una pausa en el cosmos me haría bien.
a lo mejor no quise entender el mensaje
y la tierra tanto esfuerzo que hizo
y la canción sólo fue canción, sin tiraje...

La mala fortuna canta cabizbajo, despacito, en un bar imaginario que todos deben conocer bien.

Casi todo lo mío es imaginario
Todo lo que tengo no existe
casi todo lo mío es imaginario

Camino páginas y páginas de ruidosos conflictos, de flechas con veneno, más que veneno, podrido, algo descompuesto debe ser lo que abre y raja la piel cada vez que corre una flecha, y entra, y recorre, y con cada pregunta respondida, otra fractura, formulario lleno, calzón con sangre, y cuénteme mejor, que no hay nada peor que volver por una cosita. la vieja que me mira, me cree sincero. y yo sé que si lo fuera, no me miraría. tampoco tengo remedio, tampoco soy brujería de campo, no soy bolero, no soy abeto, no soy escuela, no me pidan que les cuente mis cuentos, que no me los he aprendido, que no los cuento nunca, que no tengo cuentos. no me castren de las costillas, paren de hacerme cosquillas, paren de hablar con los sueños que se han quedado dormidos y no se mantienen en vigilia sino por petición by dream.

la casa de la vieja loca da para colgar zapatos, para correr con tiestos y cantar con pena loca, de vieja loca, una poesía arrastrada, un amor al lamento. la casa de la vieja loca esta convertida en un hogar, en lo que antes no era, en lo que la hizo volverse loca.

Ayúdame a respirar porque soy sordo .Veinte minutos después preguntaré sin vergüenza si aún sigues a mi lado porque no me doy cuenta de cuánto ni con quién camino, porque mi cabeza se acostumbró al facto de que ando solo y no tolero el caminar en cuadros redondos.

Repite conmigo tres veces.

No hay que creer
en los enemigos
y hay que andar
semiatentoalamor

Lo otro ya sería pitiarse mal y cada vez me estoy poniendo más hermético. no da el ancho la soga. no da ligereza el cuello...

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