sábado, 16 de enero de 2010

En Concha y Toro hay una Animita Imaginaria

No hay nada más penca que enterarse.
Nada más triste que no pedir partir.
Nada más injusto que te boten así.

Cuando supe que habías muerto, yo estaba a 5 minutos de subirme a tocar.
era un concierto distinto.
era un momento especial para mi.

Me caí a un suelo de hielo, mis pensamientos se salieron como sangre por la nariz, como mocos por las orejas, mis fracturas aparecieron como borbotones abiertos, como grifos destapados.

Me morí un poco y escapé.

Las calles de Santiago nunca fueron tan violentas, los adoquines me mordían y el marco rústico del centro antiguo me hizo sentir miedo.

Me sentí solo y me dio verguenza respirar el aire.

Pero seguí solo. Y me tragué el aire.

Cambié de color, me teñí de un luto pálido, me pinté de pena fúnebre, usé maquillaje con tonos de muerte y aromas de sangre.

Concha y Toro se convirtió en un barrio con una tumba imaginaria en su epicentro, con una lápida que tiene dos nombres. Afuera de casa rosada.

No había consuelo, curioso, pues había dicho que iba a ir. Me tuve que armar sólo de rarezas, me tuve que esconder en la ira y el llanto se convirtió en mi sonido, en mis solos, en mi canto.

Me subí al escenario nublado, en silencio, poniendo todo mi cuerpo en un extremo y mi emoción en otro, un balancín, una balanza, un libra fundamental en el ejercicio de su destino astral...

No había miedo en ti, me acordé de eso en algún momento, y me apropié de tu coraje, lo tomé como una herencia simbólica, me quedé con tus cigarros fuertes que encapsularon mejor la angustia y nublaron más claro las lagrimas.

Las lagrimas que aún se me caen.

Porque me sigue dando pena. Y porque la pena se junta y se junta cada vez que aparece tu nombre o cada vez que te saco a la luz y te canto y aunque el impacto se filtra, me perturba la idea de la muerte perpetua.

...Cuando llega la hora de morirse, cuando los astros se supone te abren paso y eliges camino entre estrellas que serán vecinas, mirarás al cielo buscando tu espacio entre todos los rincones abiertos?.
O tomarás contacto por última vez con la tierra, mirando hacia abajo, cayendo al suelo, tocando el pasto como un abrazo de despedida, llenandote las uñas de arcilla para partir con un poco de recuerdo?.

Aunque el recuerdo se transforma en algo tan extraño cuando se vuelve nostalgia.

Saudade de una próxima vez, Saudade se alguien en quien apoyarse sin sentir miseria.
Saudade de comprensión.

(Tu madre. Es maravillosa. Y su dolor, es inmenso. Como mi cariño por ella. Como su cariño por mi. Como mi dolor también.)

Cuando supe que habías muerto, por teléfono, estaba a 5 minutos de subirme a tocar.
Fue un concierto distinto finalmente.
Fue un momento especial.
no se me va a olvidar.
n u n c a

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